En torno al Jardín Guerrero, en el que alguna vez estuvo la sede municipal de la ciudad, hay edificios coloniales que ofrecen experiencias culturales y gastronómicas para locales y turistas.
El Andador Matamoros, entre las calles Allende y Guerrero, es un punto obligado para abrir el apetito, tomar alguna bebida y comenzar una ruta de sensaciones. En esta zona se puede compartir mesa y degustar platillos mexicanos, italianos, o probar una nutrida variedad de cervezas; además de que también hay oferta de hospedaje.
A tan solo unos pasos se encuentra el Museo de la Ciudad, un recinto dedicado al arte y sus diferentes expresiones. Este espacio cultural abrió sus puertas en febrero de 1997, pero el edificio que lo acoge se comenzó a construir en 1721 y corresponde al antiguo convento de Capuchinas. Sin duda un recinto que vale la pena conocer en una visita a Querétaro.