Al Hotel La Casa el Atrio se accede por una galería de arte y antigüedades. No hay mejor preludio para un lugar donde reina la paz y la tranquilidad, un oasis en la ciudad capaz de aislar sonidos y estrés.
Frente al atrio del Templo de San Agustín, en el corazón del Centro Histórico de Querétaro, se levantan 18 habitaciones diseñadas para brindar descanso, paz y tranquilidad a sus ocupantes.
Entre pasillos de una casona antigua, jardines y fuentes se abren espacio puertas pequeñas que sirven como refugios en medio de una ciudad que crece todos los días. Así es caminar por la atmósfera de La Casa del Atrio.
Son un total de 18 suites, cada una con detalles y personalidad propia. Espacios que cuentan con las amenidades y necesidades propias de la modernidad, pero al mismo tiempo conservan identidad antigua, algo obligado para el Centro Histórico.
Destacan los servicios y blancos de cada una de las habitaciones, un detalle que se cuida de sobremanera en este Hotel.
Las áreas comunes sirven como zonas de relajación en donde es común encontrar conversaciones, huéspedes sumergidos en alguna lectura o que sirven para la simple contemplación del lugar.
En la parte superior existe un Spa, se trata de la cima de La Casa del Atrio, literal y filosóficamente hablando. Un sitio para admirar la vista frontal, para disfrutar la fachada de San Agustín y para conseguir la máxima relajación y comodidad.
La Casa del Atrio recibe familias, parejas, huéspedes ejecutivos, es un sitio abierto que ofrece un delicioso desayuno como parte de los servicios del Hotel.
La experiencia se redondea al recorrer la galería de arte y antigüedades, metáfora ideal para un sitio encallado en uno de los Centros Históricos más icónicos de México.
